Ahora, Soso

Sin pasado de futbolista profesional aunque si de fiel enamorado de los laberintos del pizarron, Marcelo Soso llega a San Lorenzo en condicion de alumno prometedor de eso que a grandes rasgos podemos denominar "neo bielsismo".

Deportes 17 de marzo de 2020 Agencia Télam
Sin pasado de futbolista profesional aunque sí de fiel enamorado de los laberintos del pizarrón, Marcelo Soso llega a San Lorenzo en condición de alumno prometedor de eso que a grandes rasgos podemos denominar "neo bielsismo".
Rosarino como Bielsa y otros conspicuos seguidores del afamado Loco, tales como Jorge Sampaoli, Sebastián Beccacece y Javier Torrente, carece de una foja relevante en la Argentina y en cambio ha dejado huellas gratas en Perú y Ecuador.
Pero en rigor Soso se formó bajo el ala de otro rosarino, Claudio Vivas, que a su vez se había formado bajo el ala de Bielsa en las doradas horas de Newell's, Vélez y la Selección Nacional hasta el momento mismo de la célebre renuncia por "la falta de energía" en 2005.
Joven y avanzado entrenador de juveniles en Newell´s, Soso alternó con el aprendizaje de otras disciplinas, incluso más allá de la pelota número 5, al punto que acompañó a su hermana Berenice a un curso de danzas que se dictaba en La Habana y alentado por el valor de la oportunidad cumplió su sueño de conocer en persona a Diego Maradona.
A los 28 años apenas fue ayudante de campo de Vivas en Argentinos Juniors y tiempo después lo fue de Torrente en Libertad, Cerro Porteño, Newell's mismo y Nacional de Asunción, para dar otro salto de experimentación junto al santafecino Hernán Lisi en Unión Temuco de Chile y tras un fugaz reencuentro con Vivas convertirse en la mano derecha del porteño Daniel Ahmed en la conquista de Sporting Cristal en el Torneo Clausura de Perú 2014.
Como se aprecia o se invita a apreciar, en la mayoría de los casos, tal vez con la ligera excepción de Ahmed (algo más embanderado con el ideario de César Luis Menotti y Pep Guardiola), trabajó con técnicos partidarios de una sostenida tenencia de la pelota, intensidad a la hora de pugnar por su recuperación y contribución masiva en los últimos metros de la cancha.
Imbuido de ese perfil, pues, se largó solo en 2015 y le fue bien en Real Garcilaso (casi el 66% de los puntos) y muy bien en Sporting Cristal en 2016, cuando lo sacó campeón en un mano a mano con Mariano Melgar, pero francamente mal en su primera incursión en el fútbol argentino.
Al frente de Gimnasia obtuvo nada más que cuatro triunfos en 12 partidos, aunque en rigor su intempestiva salida obedeció al malestar por la ausencia de refuerzos que, dijo, le habían sido prometidos.
En la ciudad de las diagonales se lo recuerda hoy como a un profesional trabajador, fanático del fútbol y capacitado, a despecho de los malos resultados y de su tendencia a "la pose", a decir de un periodista de los que hace años están en el día a día de Gimnasia, que añade: "si Bielsa emplea definiciones como las de la geografía del partido, me suena genuino, pero no así en principiantes".
Pecado o virtud, pecado y virtud, Soso maneja un discurso muy poblado, florido, dulzón, que tanto podría ser registrado como una certificación de sabiduría cuanto como la mera desnudez de lo forzado y rebuscado.
Lo cierto es que tras su paso por Gimnasia fue en Emelec el lugar que permitió encauzar su carrera, toda vez que en el club de Guayaquil llevó adelante al equipo ganador del segundo torneo que recién cayó en la final del campeonato de Ecuador a manos de la Liga Universitaria Deportiva de Quito.
¿En qué instancia de su trayectoria estaba cuando lo llamó Marcelo Tinelli para ofrecer las riendas del plantel de San Lorenzo?
Tras un mediocre paso por Defensa y Justicia, de menos a más, con un total de seis triunfos en 18 partidos y el sugestivo dato de que se fue en términos brumosos, al parecer descontento con la política de refuerzos y egresos del club de Florencio Varela.
"Estoy atravesando un momento significativo de mi carrera", dijo el lunes en la conferencia de prensa de presentación.
Y no es para menos: técnicos más probados, con antecedentes y números más luminosos que los suyos jamás dispusieron de la oportunidad de dirigir a San Lorenzo.
Pero ahí está Soso, y ahí estuvo a la hora de conducir la primera práctica y desplegar luego una verba digna de sus mentores: "responsabilidad de otorgarle al club un modelo de juego", "identidad reconocible", "equipo protagónico", "dominante", "que imponga condiciones en todas las canchas", resultaron algunas de sus promesas de candidato electo y ya en funciones, mientras más de cuatro hinchas de San Lorenzo se preguntaban si mejor no hubiera sido persistir en el interinato de Hugo Tocalli-Pipi Romagnoli-Beto Acosta, que tan bien pintaba. (Télam)
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