Una muestra que documenta las huellas de la politica en el teatro

Para rastrear la interaccion entre la politica y el teatro nacio hace cuatro años el Grupo de Estudios sobre Teatro Contemporaneo, Politica y Sociedad en America Latina en el Instituto Gino Germani, una iniciativa que por estos

D-Interés 14 de junio de 2022 Agencia Télam
(Por Eva Marabotto) Para rastrear la interacción entre la política y el teatro nació hace cuatro años el Grupo de Estudios sobre Teatro Contemporáneo, Política y Sociedad en América Latina en el Instituto Gino Germani, una iniciativa que por estos días da origen a una muestra multimedial en el Centro Cultural Universitario Francisco Urondo que se extenderá hasta el 1° de julio y reúne fotos, videos, performances y recorridas por lugares emblemáticos de la escena nacional.
El trabajo de este colectivo se concretó en múltiples artículos en publicaciones académicas, jornadas, congresos y varios libros, pero ahora toma un interesante estado público en esta exposición que ofrece una síntesis de las líneas de investigación en las que viene trabajando este grupo de estudios bajo la órbita de la Facultad de Ciencias Sociales.
La directora de la iniciativa es la investigadora Lorena Verzero, quien hace unos meses compiló junto Ezequiel Lozano el volumen "Memorias de la crisis: el 2001 desde un prisma teatral", que articula una investigación interdisciplinaria del Instituto Germani para dar cuenta de los colectivos artísticos que emergieron tras el estallido político y social de ese año.
-Télam: ¿Cómo surgió este proyecto de investigación de las repercusiones de los acontecimientos políticos en el teatro?
-Lorena Verzero: El grupo existe desde 2014 y funciona en el Instituto de Investigaciones Sociales Gino Germani. Está integrado por 21 personas entre investigadores del Conicet becarias, becarios posdoctorales e investigadores jóvenes que son estudiantes. Tenemos un proyecto central que es "Dialécticas de incidencia entre las artes escénicas y la trama política", en el que trabajamos todos, y después tenemos algunos otros en subgrupos o individuales, según los intereses de cada uno. Pero, en todos los casos, el análisis tiene que ver con los vínculos entre las artes escénicas y la política.
-T.: ¿Cuál es el período que eligieron como objeto de estudio?
-L.V.: Quisimos abarcar la historia reciente, a la que entendemos como la historia de las personas vivas, hasta donde llega nuestra memoria. Tomamos el concepto del historiador francés Henry Rousso que habla de la la historia del tiempo presente, que es aquella hasta dónde podemos dar testimonio. Por eso analizamos la producción teatral desde mediados del siglo XX hasta la actualidad, aunque depende de cada proyecto ya que hay una investigadora que analiza el teatro de títeres y extendió su análisis hasta la década del ´40.
Estamos intentando trabajar no solo sobre Argentina sino sobre toda América Latina, o, al menos estudios comparados con países del Cono Sur, con México, Chile y otros países.
-T.: ¿Cuáles son los materiales que permiten documentar la incidencia de la trama política en el teatro? ¿Trabajan con los textos dramáticos o con registros fílmicos del hecho teatral?
-L.V.: Trabajamos con todo lo que se encuentra. Tratamos de reconstruir lo que fue la puesta. Es un trabajo inmenso de encontrar fotos o videos, las bitácoras de los ensayos, testimonios, por ejemplo del activismo artístico o de las realizaciones de teatro comunitario. A partir de esas búsquedas decidimos fundar un fondo documental de teatro que tiene un catálogo online y cuyos materiales digitalizados se pueden consultar en la sede del Instituto Gino Germani (Pres. José Evaristo Uriburu 950, 6to piso),
En este fondo sumamos los archivos que nos cedieron de Teatro por la Identidad desde 2002. También materiales de teatro comunitario y obras latinoamericanas muy políticas. Esto fue una iniciativa de Lola Proaño que es integrante del grupo. A este fondo lo presentamos el viernes en una jornada sobre archivos, pero el catálogo y los materiales ya están disponibles.
-T.: ¿Esos archivos están disponibles en la muestra?
-L.V.: Sí, y también habrá performances diversas a lo largo del mes. Las actividades van a ocurrir en el Centro Universitario Paco Urondo y la jornada de archivos en el Gino Germani, Pero también en el entorno del Urondo, en la Plaza de Mayo ya que para hablar de lo que ocurrió en 2001
-T.: ¿Cómo sintetizarías el eco que la dictadura dejó en la escena nacional?
-L.V.: Lo trabajamos a partir de ciertos ejes, como el uso de los espacios oficiales, y los privados. Hubo por entonces grupos subterráneos o clandestinos que funcionaron en espacios cerrados a los que se accedía por invitación y con contraseña. Hice un trabajo sobre los métodos para evadir la censura y a la dictadura Ese era el trabajo para evadir a la dictadura y la censura. Ahí aparece el primero que es la organización en espacios cerrados privados para que no llegue cualquiera. Otro es mostrarse en los espacios públicos, cuidarse poniéndose a la vista de todos.
-T.: ¿Hay ejemplos de ese mecanismo?
-L.V.: Sí. Tenemos archivos de acciones que se realizaron en espacios públicos. Tanto en la dictadura como en los años inmediatamente anteriores. Acciones que se realizaron en una cancha de fútbol, por ejemplo, coordinadas por el colectivo que lideraba Alberto Saba quien luego comenzó a trabajar en democracia en el Frente de Artistas del Borda. Consistió en hacer entrar a la gente a la cancha mientras la voz del estadio hablaba de cuidarse. Eran mensajes de control y vigilancia. Separaron a los espectadores en tres sectores que reproducían la división de clases y había un trato diferenciado para cada uno. Mientras el partido no empezaba, los privilegiados tenían comida y bebida a su disposición y los otros no. Eso generaba una cierta tensión que iba creciendo. La intención era reproducir cómo funciona la distribución de la riqueza. Esto sucedía en los años previos a la dictadura.
-T.: ¿Cómo trabajaron la etapa del 2001 y su incidencia en la escena local?
-L.V.: Para trabajar sobre el 2001 armamos un ciclo de entrevistas entre 2018 y 2020 que se publicó en un libro que se llama "Memorias de la crisis desde un prisma teatral" que reúne conversaciones con personas que trabajaron en 2001. En esa trama social, política y económica en torno de la crisis vimos que centralmente lo que había pasado es que en la escena teatral emergió todo un trabajo colectivo que se concentró en los grupos de teatro comunitario. A los primeros que entrevistamos fue a Luis Cano y Emilio García Emilio García Wehbi, quienes en 2001 estaban ensayando "Los murmullos" en el Teatro San Martín para contar los ecos de la dictadura. Está la cuestión de que era el subsuelo de un teatro oficial y de que la armaron en ese verano caluroso en el que estalló la crisis. Esta obra fue bisagra en esa época y después se multiplicaron las experiencias de teatro comunitario.
Entonces ahí entrevistamos a personas de esos grupos de teatro comunitarios, invitamos a dos colectivos que trabajaron en fábricas recuperadas, a gente del teatro callejero y de la danza comunitaria.
-T.: ¿Va a haber algo de esto en la muestra?
-L.V.: Sí. Será en Plaza de Mayo. Vamos a presentar el libro y también van a participar algunos de estos colectivos: un grupo que trabajó en la Universidad de las Madres y otros referentes del teatro y la danza comunitaria. Algunos siguen vigentes y otros se han desarmado. El colectivo de danza sobrevivió asociado a la Universidad Nacional de las Artes. También en la muestra va a haber una performance de la Compañía de Funciones Patrióticas, un elenco de artivismo, teatro y música, que tiene experiencia porque ya realizó presentaciones en la Plaza.
-T.: Entre ambas épocas se dio la apertura democrática que generó un resurgir del teatroÂ…
-L.V.: Ese regreso a la democracia se reflejó en la escena. En la muestra lo trabajamos en la muestra con un recorrido performático, una suerte de paseo por los 80, guiado por dos chicas que hacen su tesis sobre teatro callejero en esa década. Será un recorrido entre el Centro Cultural Urondo y la Plaza Dorrego con paradas en lugares emblemáticos como el Parakultural, en las que habrá invitados.
-T.: La violencia de la dictadura no tuvo su eco solo en las representaciones marginales, sino que también está en la obra de los grandes nombres de la dramaturgia local, como Griselda Gambaro y Eduardo PavlovskyÂ…
-L.T.: Claro. Precisamente a ellos dos los nombramos a partir de la Antígona furiosa de Gambaro y "Potestad" de Pavlovsky, las dos grandes obras que en los 80 abren estos cambios. Y luego hay un recorrido porque estos temas siguen estando presentes hasta 2021. se revisitan o se releen en términos de hecho escénico.
(Télam)
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