Osvaldo Aguirre analiza los cruces entre las obras, militancias y decisiones de Walsh y Urondo

Osvaldo Aguirre investigo las vidas de Rodolfo Walsh y de Francisco "Paco" Urondo, dos escritores, militantes y periodistas que tuvieron a sus hijas como figuras centrales a la hora de tomar la decision de

D-Interés 01 de septiembre de 2021 Agencia Télam
Osvaldo Aguirre investigó las vidas de Rodolfo Walsh y de Francisco "Paco" Urondo, dos escritores, militantes y periodistas que tuvieron a sus hijas (Victoria Walsh y Claudia Urondo) como figuras centrales a la hora de tomar la decisión de profundizar sus actividades políticas, y acerca de esas militancias, obras y destinos trabajó en dos libros que se publican en estos días: "Francisco Urondo. La exigencia de lo imposible" y "Un periodismo literario".
-T: Al igual que Walsh, Urondo se radicaliza como militante al mismo tiempo que se convierte en escritor. ¿Cómo leés el cruce entre esas dos obras por un lado y entre los dos militantes por otro?
-O.A.: Los dos siguen una trayectoria similar en términos generales, de distintos sectores del antiperonismo a la vinculación con el peronismo a través de las organizaciones armadas. Y los dos enfrentan tensiones con la conducción montonera, sobre todo Urondo, que plantea una postura crítica sobre los criterios de edición del diario Noticias y advierte sobre los riesgos de menospreciar la tarea intelectual en el último texto publicado en vida. Sin embargo, ese militante supuestamente indisciplinado y con debilidades burguesas, como describen algunas memorias a Urondo, obedece la orden de trasladarse a Mendoza con plena conciencia del riesgo que corre, porque "no es de los que abandonan", como él dice. La entrega de Urondo a la militancia tiene un grado de compromiso absoluto, y en esa circunstancia no deja de escribir: la poesía "es una especie de fatalidad", dice en una entrevista, y de hecho él escribe los "Cuentos de batalla", que son uno de los puntos más altos de su obra poética y quizá su culminación en el sentido de que en esos poemas se encuentra finalmente la poética sobre la que Urondo trabajó durante su vida. Los primeros cruces con la militancia de Walsh podrían ser el trabajo político en el gremio de prensa en la segunda mitad de los años 60, la frecuentación de Gotán, el boliche de Juan Carlos "Tata" Cedrón, y en particular a través de la relación con Casa de las Américas, en Cuba. El 30 de junio de 1969, cuando un comando ejecuta a Augusto Vandor en la sede de la UOM, Walsh tiene que irse de su casa y se va justamente a la casa de Urondo, en Colegiales. Y un cruce entre sus obras podría ser la escritura del testimonio, en la que Walsh veía la posibilidad de un arte liberado de "la trampa cultural" del sistema burgués. Pero los resultados de Urondo en ese campo -la novela "Los pasos previos"- no son los mejores, o en todo caso lo testimonial de esa novela no surge de los datos duros que incorpora sino de la libre reelaboración de las discusiones en Cuba, los viajes a Europa y el contacto con los intelectuales que se sumaron a la lucha armada en los 70. Si Walsh pudo decir, a fines del 76, cuando se propuso recuperar su proyecto literario, "vuelvo a ser Rodolfo Walsh", Urondo no dejó de ser Urondo, en el sentido de que, como decía, escribió hasta último momento y siempre tuvo sus papeles y su máquina de escribir a mano. En todo caso pasó a ser Ortiz, pero su nombre de guerra es justamente una cita del poeta al que tuvo como modelo.
-T: ¿Qué es lo que se agrega en la reedición de tu trabajo sobre Walsh y cómo releés ese trabajo en el tiempo?
-O.A.: En la nueva edición de las entrevistas, agregamos una entrevista de Eduardo Galeano a Walsh y Jorge Cedrón, después de la filmación de la película sobre Operación Masacre, y la segunda versión que escribió Ricardo Piglia de la entrevista que le hizo a Walsh en 1970. Es interesante comparar ambas versiones -se publicaron en 1973 y 1987- porque focalizan y muestran distintos aspectos en las respuestas de Walsh, que iluminan a la vez los contextos históricos en que se publicaron esas entrevistas. Le cambiamos el título al libro, ahora se llama "Un periodismo literario", tomado de una conversación de Walsh con escritores cubanos. Las entrevistas permiten seguir el pensamiento de Walsh entre 1954 y 1974 de un modo que quizá no se encuentra en otros textos de la obra. La revelación que él tiene respecto de la política y del periodismo a partir de "Operación Masacre" se extiende también a la literatura y a la crítica cultural, y eso puede notarse en particular en las entrevistas. Algo particularmente vigente en esos textos, me parece, es el señalamiento de Walsh respecto a los criterios de valor en literatura y periodismo y la necesidad de subvertir esos criterios. (Télam)
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