"Korean Dreams", una muestra que reúne imágenes que la canadiense Nathalie Daoust logró capturar en Corea del Norte burlando las prohibiciones del gobierno y cuyo revelado difumina los contornos para imitar la forma en que se "oculta" la información en ese país, se expone en el Centro Cultural Borges de la Ciudad de Buenos Aires.

La exhibición, que podrá visitarse hasta el 3 de febrero en Viamonte 525, reúne una veintena de fotografías tomadas durante las vistas de Daoust en 2012, y sobre las que dialogó con Télam desde Berlín, donde actualmente reside.

- Télam: ¿Cuándo viajó a Corea del Norte y por qué motivo?

- Nathalie Daoust: Estaba trabajando en un documental fotográfico acerca de mujeres norcoreanas que viven escondidas en China y que trabajan en la industria del sexo. Entonces pensé que era importante para mí viajar a Corea del Norte y lo hice dos veces en 2012 para comprender mejor por qué estas mujeres prefieren vivir en esas condiciones en China en vez de quedarse en su propio país con sus amigos y familiares. Habiendo experimentado Corea del Norte en persona, me sentí obligada a crear una serie separada de imágenes sobre las condiciones reales que existen dentro del país para crear conciencia sobre la difícil situación en que viven millones de personas.

- T: ¿Qué aspectos le sorprendieron especialmente de la sociedad de ese país?

- N.D.: El aspecto más inquietante fue el contraste entre el mundo ficcional que el gobierno intentaba que uno creyera versus las condiciones en las que los norcoreanos realmente vivían. Investigué mucho antes de ir a Corea del Norte y lo que más me golpeó fueron las malas condiciones en las que la gente vive y la cantidad de mentiras que el régimen estaba diciendo para esconder lo que realmente pasaba. Por ejemplo fui invitada a un hermoso hospital que era muy moderno, donde todo parecía perfecto, pero caminando alrededor enseguida te dabas cuenta de que estaba vacío, de que la mayoría de la gente con la que hablabas parecía estar actuando. De hecho nos llevaron a una habitación donde una mujer había dado a luz el día anterior para mostrar cuán grandes y saludables eran los bebés en Corea del Norte, pero era obvio que ese bebé tenía seis meses.

- T: ¿Por qué eligió hacer fotografías en blanco y negro?

- N.D.: Estar en Corea del Norte era como volver a los viejos tiempos, así que quería usar una técnica que imitara esto. Si bien me encanta la fotografía porque muestra la "realidad", un negativo en bruto no siempre expresa el sentimiento, la interacción, la atmósfera y la conexión que se siente cuando se toma una foto. Ahí es donde entra en juego el cuarto oscuro: puedo manipular las fotos para representar cómo me sentí en el momento en que tomé las fotos. Esto me ayudó a no ser atrapada, ya que los guardias normalmente miran las imágenes digitales para comprobar si hay algo prohibido que se fotografíe.

En Corea del Norte la mayor parte de la información que me dieron estaba oculta y perdida en todo momento.

- T: Entonces ¿cómo hizo para tomar las imágenes?

- N.D.: Solo se me permitió tomar fotografías en las zonas turísticas, es decir, en un pequeño número de lugares permitidos por el Estado, porque se sigue de cerca a los extranjeros en todo momento y se les prohíbe salir de sus hoteles por la noche. Por lo tanto, cuando estaba en lugares donde la fotografía estaba prohibida, dejaba la cámara colgada alrededor de mi cuello y luego tomaba fotos a distancia con un cable oculto que se pasaba a través de la manga de mi chaqueta. Como resultado, muchas de mis fotos están tomadas desde la altura de la cintura. Esto me permitió acercarme un poco más a las imágenes que capturaban la vida normal en Corea del Norte. (Télam)