La maternidad en tiempo de redes: menos mandatos pero mas presion social

En linea con la deconstruccion que alientan los feminismos respecto del amor romantico o el rol del varon, tambien comienzan a reformularse los tradicionales paradigmas de crianza y aunque las mujeres se han liberado de los modelos unicos de

D-Interés 07 de marzo de 2020 Agencia Télam
En línea con la deconstrucción que alientan los feminismos respecto del amor romántico o el rol del varón, también comienzan a reformularse los tradicionales paradigmas de crianza y aunque las mujeres se han liberado de los modelos únicos de maternidad hoy muchas se sienten más juzgadas que antes a la hora de ejercer su rol, según coinciden algunas de las pediatras y puericultoras que a través de un intenso intercambio en redes sociales trabajan para atenuar la angustia y la culpa de las madres actuales.
"Todavía algunos sectores del feminismo no han puesto el foco en las necesidades de las mujeres madres y de los niños pequeños, que distan mucho de las necesidades y los derechos de las mujeres en otros sectores. Las madres necesitamos que se valore nuestro trabajo reproductivo, con mayores licencias, apoyo a la lactancia y una educación en la soberanía de nuestros cuerpos a la hora de gestar, parir, amamantar y criar", destaca a Télam la terapeuta y puericultora Violeta Vázquez.
"Dar de mamar es un acto de soberanía alimentaria para toda la sociedad, es el trabajo más importante e incluso se le podría calcular un valor económico altísimo", enfatiza la autora de libros como "Ensambladas" y el flamante "Leche de Madre".
Vázquez, directora de la Escuela en Puericultura y Familia Panza y Crianza, está convencida de que la lactancia no es un acto gratuito: "Las mujeres percibimos menores ingresos si privilegiamos la lactancia a término y ponemos todos nuestros recursos al servicio de ese acto, que debe ser deseado por quien pone el cuerpo y valorado por el resto de los sectores como un acto político, económico y social", argumenta.
Para Karina Pintos, autora del libro "Herramientas de crianza", toda deconstrucción de los mandatos es positiva, "ya que si se considera mandato a aquello que se supone que debemos hacer, a lo dado y obligatorio, debe ser abolido en todos los niveles por no tener en cuenta las características subjetivas de la persona ".
"Eso involucra en particular el caso de la maternidad donde lo impuesto en cuanto a los roles es aún en el 2020 algo que circula mucho, donde aún queda mucho camino por recorrer en relación a lo esperado en cuento a los roles de una mamá y de un papá -señala-. Aún hoy es cuestionado y hasta repudiado que un papá quede en casa full time criando y una mamá en una empresa", sostiene la psicóloga, creadora de la cuenta de Instagram @consultoriodecrianza y madre de cinco hijos.
La pediatra y puericultora Sabrina Critzmann pone el acento en asignarle a la crianza una función social antes que meramente doméstica: "Sabemos que la mayor parte de las tareas de cuidado recaen sobre las mujeres y la maternidad es la que carga con la mayor parte del peso mental de la crianza. Pero la maternidad es una parte de la crianza, esa niña o niño es un ser social y hay múltiples actores en su desarrollo. Estamos todos involucrados", sostiene autora del libro "Hoy no es siempre. Guía pediátrica para una crianza respetuosa".
A diferencia de los viejos paradigmas familiares en los que estaba instituido que la mujer debía replegarse para cuidar a los hijos y monopolizaba las tareas domésticas, el lento y laborioso proceso hacia la deconstrucción de roles flexibilizó algunos mandatos pero no morigeró la presión social.
¿Porqué hoy las madres parecen más juzgadas que nunca pese a que se han liberado de los modelos únicos de maternidad? "Porque se ve -dispara Vázquez-. Nuestras maternidades están en las redes, y las voces de los opinólogos también. Las madres siempre fuimos malas madres, pero ahora somos malas madres de vidriera. La culpa de la madre es la manera de tenernos a todas sumisas y desempoderadas".
"Lamentablemente a la vez que nos liberamos de mucho también hay más exigencia sobre que hacer y cómo hacerlo y el agregado de la propagación de las opciones a través de tantos medios de comunicación que se encuentran en la actualidad como redes sociales. Eso puede hacer que un mensaje de WhatsApp mal enviado sea el desencadenante de un sufrimiento extremo para quien lo escuchó sin tener que haberlo escuchado", sostiene Pintos.
Critzmann, en tanto, no está convencida de que se haya concretado todavía la flexibilización de los mandatos: "Dudo que nos hayamos liberado de los modelosúnicosde crianza -indica-. Estamos en camino. Sabemos que existe otravisión, más amable con la infancia y sobre todo más amable entre nosotros. Le estamos enseñando a los niños precisamente a no juzgar, tal vez lapróximageneración no tenga que escuchar opiniones que no sehan solicitado y que no suman".
"Hoy por hoy seguimos escuchando: 'Ah, parece que te quedó un bebé adentro de la panza quetenés' aminutos de parir, 'Si le hacestanta upa nunca va asocializar', 'Déjalo llorar un rato y vas a ver como aprende', y unmontón de otras frases desafortunadas -enumera la especialista-. ¿Que le hace a la otra persona decirlas? Cuán dolida está por algo que le ha sucedido seguramente que tiene que lastimar de esa manera?".
Critzmann advierte sobre la necesidad de romper el encapsulamiento del rol materno: "Tenemos que empezar a hablar de familias, de mapadres, de sociedad, no de madres aisladamente. Porque sinoseguimos perpetuando el mandato de que la madre tiene toda la responsabilidad sobre la crianza. Cuando viene un padre solo con un niño o niña a la guardia se sigue preguntando donde está la madre, por ejemplo, cosa que no sucede alrevés", ejemplifica.
Frente a un escenario trazado por licencias escasaspara los padres, abuelos ocupados que ya no piensan de manera excluyente en la crianza de los nietos y jornadas laborales que no terminan nunca, la pediatra recupera la centralidad de la crianza en tribu, un recurso amplificado hoy por las redes sociales que le permite a las madres encontrar espacios de interacción con pares o expertos para intercambiar consejos o despejar dudas.
"Hoy en día todavía hay mujeres 24 horas adentro de undepartamento, solas, al cuidado de un bebé. Y eso nodebería suceder, porque es agobiante. Pero para cambiarlo hay que empezar a darnos cuenta de que no estabien, que esa mujer no está 'descansando' ni 'de vacaciones'. Tenemos las redes sociales, gran herramientapara encontrarnos, para contarnos lo que nos pasa. Y desdeallí, muchas veces, construirvínculos masallá de nuestras familias", señala Critzmann. (Télam)
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