¿Mas vigilancia implica mas proteccion?

Los museos no solo estan vulnerables frente a los robos de bandas criminales sino tambien frente a las acciones descabelladas, que rozan el absurdo, como el tortazo a "La Gioconda" hace unos dias en el Museo del Louvre de Paris o el saco que una

D-Interés 09 de junio de 2022 Agencia Télam
Los museos no solo están vulnerables frente a los robos de bandas criminales sino también frente a las acciones descabelladas, que rozan el absurdo, como el tortazo a "La Gioconda" hace unos días en el Museo del Louvre de París o el saco que una mujer tomó "prestado" de una instalación en el Museo Picasso. ¿Más vigilancia implica mayor protección?
La Gioconda, de Leonardo Da Vinci, que se exhibe en el Louvre de París, se protege detrás de una vitrina de vidrio, como le vale a las obras universales del arte. Y también como era de esperar ha sido víctima de su fama y en más de una oportunidad sufrió las consecuencias: fue atacada con ácido, piedras, pintura color rojo y una taza de te, aunque afortunadamente los intentos fracasaron.
La más reciente, hace unos días, cuando un joven le tiró una torta tipo pastel, en plena visita. "Piensen en la tierra, hay gente que está destruyendo la tierra. Todos los artistas piensen en la tierra. Por eso hice eso", gritó antes de su vandalismo. ¿Qué tipo de explicación o misión secreta se activa en quienes buscan destruir estas obras universales? "La idea de atacar un ícono de la cultura burguesa y así llamar la atención para otra causa es muy frecuente", dice Herrera.
Pero no todos los casos de "destrucción" tienen ese ánimo deliberado de gesto de resistencia. Este año también una mujer tomó prestado un saco del Museo Picasso que pertenecía a una instalación, cuando lo devolvió éste había sido achicado porque la mujer lo llevó al sastre dado que le quedaba grande. Aunque el episodio roza el absurdo, funciona como muestra de que el arte contemporáneo a veces ofrece creaciones que no se perciben a priori como expresión artística, al tiempo tiempo que evidencia las fallas de las medidas de seguridad para prevenir confusiones -si no robos- como éste, en un museo de la envergadura que tiene el parisino.
Para El Haibe "la seguridad no puede ser absoluta", dice y sostiene que los museos de nuestro país suelen tener "mucha seguridad" en relación al riesgo de las obras, pero "hay cosas que no podés prever". El riesgo siempre existe, sobre todo cuando el negocio es rentable y cotiza millones de dólares. Según un informe citado por ONU, el mercado del arte legal en el año 2019 significó 64.100 millones de dólares. La valoración de este mercado creció tras la pandemia, como han reflejado las principales casas de subastas que informaron temporadas récords.
Como ejemplo del tráfico de bienes culturales en general, el especialista cita el robo de monedas romanas que sufrió el año pasado el Museo Histórico Nacional por parte de un trabajador de la institución y que se restituyeron en una tarea mancomunada entre las fuerzas de seguridad y el Ministerio de Cultura, o el caso del reloj de Belgrano, en 2007, en ese mismo museo que estuvo a cargo de una banda que no se dedica a este delito pero encontró la oportunidad. No encontraron el reloj pero sí a los responsables, y por eso es tan fundamental la prevención para quienes están en el negocio de ese tipo de objetos reconozcan la pieza.
A propósito de la investigación que recae sobre la gestión del Decorativo, Schávelzon cuestiona que es un "tema exclusivamente político" al explicar que "se han hecho otros robos que fueron silenciados, y más allá de lo que sucedió a nadie se le ocurría acusar al denunciante sino que hay que buscar a los ladrones. Pero hay que tener en cuenta que en Buenos Aires el único edificio hecho para museo con toda la seguridad necesaria es el Malba, todos los demás son edificios adaptados, mal que bien, generalmente con malos presupuestos, cámaras que no funcionan, vigilancia mal pagada, a veces sin inventarios".
Por su parte, Herrera sostiene: "Lo qué pasó en el Decorativo, no me asombra. Como ex directora de museo sé lo poco que las autoridades están dispuestas a gastar en seguridad. Esas cosas no se ven y entonces no sirven para hacer política. También sé qué hay muy poco personal en ese museo y la mejor manera de cuidar los museos es con personas bien organizadas que reporten los estados de las salas todos los días. Las cámaras son muy útiles pero no alcanzan. Está demostrado que la vigilancia humana es más eficaz". (Télam)
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