Sobre la presencia crucial de los objetos en la vida cotidiana y la trama de hábitos y leyes que regulan los vínculos que las sociedades establecen con ellos reflexiona "Diseño en acción", la muestra que a partir del sábado reunirá en Fundación Proa una selección de piezas que dimensionan el trabajo manual en la creación y los procesos que intervienen tanto en lo artesanal como en lo industrial.

Las sociedades se han vuelto dependientes de los objetos: cada vez más cuesta desprenderse de ellos, jerarquizar su utilidad y desechar lo obsoleto. Repensar su utilidad y recorrer los procesos creativos y técnicos que confluyen en la irrupción seriada y masiva de nuevos objetos es justamente uno de los disparadores de la exhibición con la que el emblemático espacio de La Boca decidió abrir su temporada de actividades.

Con curaduría de Martín Huberman, Olga Martínez y María Laura Carrascal, la muestra que permanecerá abierta hasta el 9 de junio se propone dar cuenta de los procesos de manufactura en una escena definida por las nuevas formas de sinergia entre lo artesanal y lo industrial y las encrucijadas que plantea hoy la sobreabundancia de objetos.

Una introducción histórica realizada por la investigadora Larisa Mantovani, en la que da cuenta del nacimiento de las escuelas técnicas y la evolución en el concepto y estudio del diseño en la Argentina, obra como el disparador de este recorrido multidisciplinario que del que participan una treintena de diseñadores y arquitectos experimentales.

La problemática actual que atraviesa la disciplina es el núcleo sobre el que se explaya el segmento a cargo de la investigadora María Laura Carrascal, que seleccionó una serie de proyectos que trabajan en torno a sustentabilidad, nuevas tecnologías y confrontación del binarismo de género.

"Una muestra de estas características siempre implica un recorte y, aunque me hubiese gustado incluir más diseñadores, me decidí por este grupo que representa lo que, considero, son las preocupaciones del diseño contemporáneo de autor", destacó la curadora a Télam.

"Una parte importante son las fotografías que se hicieron para la ocasión porque sabemos lo importante que es comunicar la forma en que funcionan las prendas sobre el cuerpo humano, en movimiento. Si bien van a estar las prendas sobre maniquíes, estos son una representación o abstracción del cuerpo y no terminan de mostrar cabalmente la potencialidad de un diseño, por eso es histórica la alianza entre la indumentaria y la fotografía", señaló.

La curadora eligió obras de artistas como Marian Gryciuk, Matías Hidalgo, Kostume, Camila Milessi, Emiliano Blanco, Vanesa Krongold, Muta, Gimena Galli, Romina Cardillo, Silvia Querede, Noelí Gómez, Pablo Ramírez, Luciana Val y Franco Musso, entre otros.

¿Cuál es la incidencia de los medios económicos y la tecnologí­a en la evolución del diseño? ¿Los contextos más hostiles son disparadores de creatividad? 

"La economía tiene una incidencia directa en todos los campos de producción y sus vaivenes afectan al sector de la indumentaria como al desarrollo científico y tecnológico. Si bien los contextos hostiles aguzan el ingenio, es una situación delicada porque los diseñadores independientes son objeto de una gran vulnerabilidad en la medida de que no cuentan con programas estatales que deberían apoyar este tipo de producciones para que se sostengan en el tiempo.", explica Carrascal.

"Hace años que el apoyo estatal solo se circunscribe a premiar diseñadores emergentes que van quemando en las sucesivas ediciones de determinados eventos porque, luego de darle un momento de visibilidad muy efímero, pasan al olvido. Debería haber algún tipo de beneficio económico para quienes trabajan en escalas más pequeñas, con trabajadores en blanco y talleres de confección legales y, por otro lado, debería haber más controles sobre los mismos aspectos en marcas masivas porque, si no, es una competencia muy desleal", sugiere la investigadora.

En el caso de Martín Huberman, el apartado a su cargo analiza la incidencia de las leyes en la construcción de viviendas a partir de una serie de inciativas de artistas y arquitectos que reelaboran creativamente la tensión entre norma y creatividad, entre ellos Nina Carrara, María Zamtlejfer, Inés Molinari, Constanza Chiozza, Pedro

Magnasco, Agustín Mendiondo, Franco Ricceri, Santiago Moncalvo, Gianluca Fallone, Miguel Echevarría, Francisco Mira, Nacho Unrrein, Hernán Pedrós, Javier Agustín Rojas y Fernando Schapochnik.

En el tercer y último segmento, Olga Martínez rescata el quehacer artesanal y su incidencia en el paisaje industrial a través de una selección que pone el acento en la inmanencia de materiales como la cerámica -en un amplio registro que va desde los utensilios, a la vajilla o los artefactos eléctricos- y la porcelana.

"La idea inicial era tomar al espectador como actor. No basarse en el objeto fetiche sino que el espectador tomara como un rol más protagónico. A su vez, se propuso también que una parte funcionara como un taller para mostrar los procesos más artesanales de la cerámica, un material que tiene su origen como 10 mil años años antes de Cristo y que por lo tanto ha ido acompañando toda la evolución del hombre", indica Martínez a Télam.

"Siguiendo con la idea de la implicación del espectador, habrá entonces una serie de piezas participativas que permitirán ver el paso de lo más artesanal a lo industrial siempre trabajando con la misma materialidad. Lo que se le abre al espectador es entocnes ese gran abanico de posibilidades que tiene la cerámica y los muchos procesos que dan lugar a la pieza terminada", detalla la curadora.

La selección de artistas que armó Martínez incluye a Leila Córdoba, Ruth Gurvich, José Huidobro, Heidi Jalkh -quien propondrá un trabajo colaborativo con el visitante y la asistencia de alumnos del Instituto Municipal de Cerámica de Avellaneda-, Santiago Lena, Cristián Mohaded, el estudio SaV Ceramics, Sabrina Valuska y Nahuel Hernando. (Télam)