El mural de David Siqueiros, la obra cumbre del Museo Casa Rosada

Una de las joyas de la coleccion del Museo Casa Rosada, que celebra diez años de su reinauguracion, es el fascinante mural "Ejercicio plastico" del mexicano David Alfaro Siqueiros, una pieza cumbre del arte latinoamericano, pintada en 1933 en un

D-Interés 14 de mayo de 2021 Agencia Télam
Una de las joyas de la colección del Museo Casa Rosada, que celebra diez años de su reinauguración, es el fascinante mural "Ejercicio plástico" del mexicano David Alfaro Siqueiros, una pieza cumbre del arte latinoamericano, pintada en 1933 en un sótano privado, que atravesó un arduo periplo en su camino de recuperación y restauración hasta su actual exhibición.
"Esta obra cumbre del artista mexicano Siqueiros es, fue y será uno de los grandes atractivos de la visita a Casa Rosada. Representa también el espíritu de colaboración de dos países, Argentina y México, para preservar testimonios de su patrimonio artístico y cultural", dice a Télam Andrea Rabolini, directora del museo Casa Rosada.
En esta pieza de muralismo latinoamericano, emblemática y simbólica, Siqueiros contó con colaboradores de lujo: participaron Lino Enea Spilimbergo, Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino -que en ese entonces era estudiante de arquitectura- y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro.
El mural "Ejercicio plástico" brinda al espectador la sensación de estar sumergido en el mar, frente a figuras sensuales que se continúan a través de los techos y paredes, y su historia es tan atípica como fascinante por lo que le han dedicado cantidad de libros e incluso filmado películas alrededor de tema.
En 1932, el artista mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974) viaja a Buenos Aires, invitado por Victoria Ocampo, y comienza a escribir en el periódico Crítica -fundado y dirigido por Natalio Botana- quien lo contrata además para que pinte en su casa, una residencia en Don Torcuato, en un sótano de 200 metros cuadrados.
En 1933, el mexicano arranca a pintar el denominado ‘ejercicio plásticoÂ’, el único que realizó Siqueiros en nuestro país y el único en toda su historia que carece de contenido político y social. Pero además no hay otro igual en todo el continente que haya sido pintado en las paredes, techo y piso, es decir en la totalidad de su espacio.
Siqueiros implementó algunas innovaciones en este mural -como la sustitución de bocetos por el uso de la fotografía; o la utilización del cinematógrafo para proyectar imágenes sobre el muro- además de que apostaba a crear la ilusión de movimiento en las figuras representadas.
El artista ya había estado en Sudamérica en 1928, cuando conoció a Blanca Luz Brum, militante como él, de quien se enamora y se van a México juntos, donde llegarían a convivir con Diego Rivera y Frida Kahlo en la Casa Azul. Para muchos expertos Blanca Luz es la musa, la figura retratada en el famoso mural, aunque no todos los especialistas coinciden.
Cuando fallece Natalio Botana en la década del 40 en un accidente de autos, el imperio del periodista es desmantelado y empieza a cambiar de manos, hasta que pasa a alguien que quiebra, por eso va a juicio y el juez subdivide para pagarle a los acreedores. Entonces publican, en el diario, la venta de la casa donde absurdamente ni siquiera está citado el mural, que se vendía como escombros.
El proceso de recuperación de la obra comenzó en 1990 cuando la quinta Los Granados fue comprada por una empresa con la intención de llevar la pieza de gira por el mundo. Estos particulares, asesorados por el maestro mexicano Manuel Serrano, especialista en muralismo y restauración, llevaron a cabo la dificultosa tarea de extraer el mural del sótano de Don Torcuato.
Debido a un litigio legal entre empresas que se disputaban su propiedad, los fragmentos del mural estuvieron durante 17 años guardados en cuatro containers en una playa de grúas ubicada en la localidad de San Justo, provincia de Buenos Aires.
Luego de años de abandono y olvido, sumado al largo litigio judicial, la obra fue declarada en 2003 Bien de Interés Histórico Artístico Nacional, mediante un decreto presidencial, por lo que se pudo recuperar, restaurar -una tarea en la que trabajaron 40 expertos- y finalmente exhibir en todo su esplendor, desde su inauguración en 2010. (Télam)
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