El Moderno homenajea a Elda Cerrato con una obra sobre el peso del exilio y las tensiones politicas

La busqueda personal y social atravesada por la propia vida, el arte y la academia imprimen su sello particular a la primera retrospectiva de Elda Cerrato que bajo el titulo "El dia maravilloso de los pueblos" acaba de inaugurar en el

D-Interés 11 de marzo de 2021 Agencia Télam
La búsqueda personal y social atravesada por la propia vida, el arte y la academia imprimen su sello particular a la primera retrospectiva de Elda Cerrato (Italia, 1930) que bajo el título "El día maravilloso de los pueblos" acaba de inaugurar en el Museo Moderno de Buenos Aires con curaduría de Carla Barbero y Marcos Krämer.
La muestra inauguró el calendario de exhibiciones de este año, lleva el nombre de una obra que no está presente en la exhibición, en esta cartografía y representación de mapas que es característica de la artista desde la década del 70, cuando su mirada se posó sobre los procesos sociales en América Latina y para Barbero su título remite a un juego del tiempo y tiene una mirada esperanzadora.
El trabajo curatorial de Barbero y Marcos Kramer en la investigación que arrancó en 2018 se presenta en la disposición y selección de las piezas, en los textos curatoriales que contextualizan las obras y en los recorridos e investigaciones diversos de la artista, que permiten comprender su legado y trayectoria.
Ubicada en una amplia sala del subsuelo del museo, se desarrolla un recorrido marcado por las distintas etapas artística de Cerrato, entre los que están el informalismo plástico, el abstracto biomórfico, el período de grandes espacios y cosmovisiones, las recreaciones de mapas completos o fragmentados y lo político social como huella.
Al comienzo del recorrido dos obras dan inicio y cierre al ciclo de la muestra: son "Un resultado de la elaboración del Okidanokh" de la serie producción de energía (1966) y "Momentos memorables VII" de la serie "Bloque espacio tiempo" (2003). De la década del 70, una obra suspendida del techo llama la atención: con ambos lados pintados, su nombre "Estructura de núcleos generativos 1 y 2. Multiplicidad" (1970 de la "Serie Ser Beta aislado, que se presenta por primera vez en este espacio.
La exposición recorre toda la obra artística de Cerrato, con piezas desde finales de los años 50 hasta el 2003. Barbero destaca el diseño de la exposición de Iván Rosler "que intenta cristalizar visualmente la idea sobre la multidimensionalidad donde el tiempo es el espacio". Y aunque hay un recorrido cronológico, las capas de intereses "formales, plásticos o conceptuales" se superponen, indica la curadora.
Nacida en Italia, en 1937 viajó junto a su madre a San Pablo (Brasil) tras el exilio de su padre, partisano, en pleno ascenso del fascismo, y luego de dos años, por una nueva mudanza, a Buenos Aires. Este peregrinar es una constante que refiere la artista en su vida y que se refleja en sus obras sobre "el sueño de la casita propia", presente en la exposición.
En el video de inauguración de la muestra, ante la imposibilidad de estar presente, Cerrato comenta que uno de los conceptos que atraviesan su vida (y obra) son "los encuentros que no son causales y que no se pueden controlar", como el encuentro con su pareja de toda la vida, como obra de un "destino" que propone caminos a ser recorridos.
El entramado entre su obra, vida y pensamientos, muy marcado en esta exhibición, dice la artista, es la "insistencia del ser Beta", que surgió en la colinas tucumanas de la Universidad Nacional de Tucumán. También refiere sus seminarios con Carlos Castaneda y experiencias en la alta selva Amazónica. Esto derivó en la realización de una película de animación en 16 milímetros, -que se muestra en la exhibición-, creada en un momento en que "había decidido que no iba a seguir pintando" (1970-1972) e iba a investigar otras modalidades.
En sus estancias en Venezuela y su relación con los intelectuales, para la artista comenzó a cobrar dimensión la evidencia de que "Argentina estaba en Latinoamérica" y que había un pasado que no tenía que ver con la mirada europea. En los años 70, señala, se produjo un cambio, con los viajes, una "toma de conciencia del lugar donde estábamos de todo un pasado que había sucedido": "el pasado es algo que está abierto, no es el comienzo de algo solamente" y "tampoco el futuro es lo que viene".
En esta antológica se exhiben también sus investigaciones en otras materialidades y las búsquedas teóricas como sustento, como la reproductibilidad de las obras de arte de Walter Benjamin y la semiología de Ferdinand de Saussure, así como las derivaciones del lenguaje visual de los medios masivos de comunicación. Su serie gráfica figurativa, las siluetas y la memoria o ausencia, como reflejo de la consecuencia de las dictaduras, los edificios emblemáticos como el Congreso, la Casa de Gobierno y Tribunales, se rodean de pequeños rostros, multitudes o siluetas tenues.
Acerca de la "pertinencia" de la obra de Cerrato sobre los sistemas democráticos en Latinoamérica, sus instituciones y las tensiones, Barbero dice que este contexto en el que "el poder judicial" participa de agenda mediática y política, se plasma en una instalación con dibujos en papel serigrafiado que cuelgan desde el techo con impresiones de siluetas de árboles y sobre la pared, detrás, un dibujo del Palacio de Justicia, que de algún modo queda oculto. "Ocultamientos", es la instalación recreada para la exhibición, que fue presentada en 1994 en el Centro Cultural Recoleta.
La serie "Ser Beta" está relacionada con una búsqueda personal sobre el "sentido de la vida", atravesada por su formación en bioquímica y la mirada mística vital con el pensamiento de George Gurdjieff y la Escuela del Cuarto Camino -de la que participó-, que la llevará a mudarse a Caracas (Venezuela) junto con su compañero en 1960, Luis Zubillaga, compositor de música contemporánea y docente.
En Venezuela, después de alejarse del grupo que motivó la mudanza, ambos se relacionaron con la vanguardia renovadora de la izquierda, "que fluctuaba entre el surrealismo y el marxismo", según contó Cerrato en una entrevista que le hicieron en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo en 2011, de donde fue docente e investigadora en los 70 y luego de su exilio en Venezuela (1977-1983) con el regreso de la democracia a Argentina.
Esta primera estadía en el país latinoamericano impulsó y afirmó su vida como docente y artista. En 1964, de regreso en Argentina, nació su hijo y el matrimonio se mudó por trabajo a Tucumán. Es el tiempo de aparición y profundización de lo espiritual con la serie "Ser Beta". Tras quedarse sin trabajo Zubillaga, durante la dictadura de Onganía, regresaron a Buenos Aires en 1967. La obra de Cerrato cobró otro sentido, como se ejemplifica en "La llegada del Ser Beta a la Tierra" (1973), y "Contacto con la Tierra I" (1972), donde la concepción espiritual y elevada se estrella en la realidad de la vida.
En 1975 la obra "Dominación" de la serie Geohistoriografía" (1975) da cuenta de este cambio. Dentro de una figura ovoidea, el mapa de la Argentina y debajo, como un zócalo los retratos de rostros dibujados de distintos mandos militares. Otra variante es la de distintos representantes del pueblo.
"La obra de Elda Cerrato atraviesa varias décadas de arte, situada en el contexto latinoamericano, en un vaivén entre Argentina y Venezuela, con viajes motivados siempre por las crisis y las tensiones políticas. Cerrato ha construido un cuerpo de obra que se relaciona a las tendencias más elocuentes del arte latinoamericano desde la pintura informalista hasta el arte conceptual, aunque lo hace desde una singularidad que pone en relación una visión vital que integra el conocimiento científico, las prácticas esotéricas y el compromiso político", según la curadora.
La muestra puede visitarse en Av. San Juan 350 de la Ciudad de Buenos Aires hasta el 31 de julio de 2021, y para más información se puede visitar la página web del museo: https://museomoderno.org (Télam)
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