En un tiempo de algoritmos que identifican hábitos de consumo para clientelizar a los usuarios de aplicaciones y redes sociales, el rol del Estado es central a la hora de aprovechar las ventajas de esta modalidad y aplicarlas al diseño de plataformas que recuperen el valor del sistema educativo como herramienta transformación social, según analiza el investigador Axel Rivas en su libro "¿Quién controla el futuro de la educación?".
- Télam: A la luz de las nuevas modalidades de aprendizaje que ya no ponderan el sistema nemotécnico ¿Se deberían resignificar algunas prácticas históricamente punibles para el alumno como el copy/paste?
- Axel Rivas: El copy/paste es válido si un docente logra crear una situación de indagación centrada en un desafío, como por ejemplo armar una nueva versión del Himno Nacional: eso implica buscar distintas opciones, analizar los textos, editar, ponerle música, insertar imágenes, es decir todo un conjunto de operaciones que ponen en situación de trabajo a los alumnos. Ahí la modalidad funciona perfecto como una actividad de re mezcla, de edición, que produce pensamiento y documentación de fuentes.
Eso se contrapone al copy/paste que se genera si un docente pide que se investigue cómo se hizo el Himno Nacional Argentino y mientras lo busca uno de los alumnos y todos los demás lo copian de él. Lo cierto es que los alumnos hoy desean que pase algo: no quieren que les digan que tienen que hacer algo que no va a tener ningún sentido para ellos. En su inmediatez desean lo fácil, pero cuando uno traspone una capa mínimamente superior, quieren algo que tenga valor, que los haga aprender. Hay que estimular esa capa con buenas situaciones de enseñanza.
Por eso es tan importante la formación de los docentes y la conversación pedagógica entre pares en la escuela porque no es fácil generar esa situación de indagación. Históricamente los docentes tenían el rol de transmisores del conocimiento: despegarse de ese rol requiere buena formación, conocer los contenidos, entender cómo trabajar diversidad en el aula... esos son temas difíciles par muchos docentes que no hay tenido esa formación específica
- T: Hoy nos confrontamos a una escena saturada de algoritmos que anticipan patrones de consumo y a la vez inhiben el contacto con la diversidad ¿Cómo opera esa trama en la reformulación actual del sistema educativo?
- A.R.: Facebook puede hacer un algoritmo para que las personas consuman muchas noticias porque lo que quiere es que pasen la mayor parte del tiempo en la aplicación. Ese algoritmo deriva en que posiblemente muchos usuarios consuman noticias que confirman lo que ya creían o pensaban, porque a uno le gusta leer lo que refuerza sus preconceptos. Para que Facebook genere mayor permanencia en sus contenidos necesita un algoritmo que reproduzca la burbuja ideológica de las personas.
En cambio, imaginemos que una plataforma pública educativa quiere que las personas piensen y generen empatía. ¿Cómo diseñamos un algoritmo de empatía que produzca una comprensión del otro, que nos hagan ver los puntos de vista de diferentes personas? La cuestión es cómo diseñamos algoritmos que aprovechen que hay una experiencia educativa obligatoria, es decir, el hecho de no tener que empujar a los usuarios a una plataforma simplemente por su deseo de hacer click. Para que eso ocurra es decisivo el rol del Estado, no tanto para crear esos algoritmos sino para regular, comprar y distribuir contenidos. Es necesario que el Estado tenga capacidad de innovar en un tiempo donde la innovación disruptiva va a gran velocidad. Hay que entablar otra conversación sobre la educación que no repita lo que ya sabemos.
(Télam)