A un año de su muerte, un documental y una donacion de obras recuperan el legado de Sergio de Loof

A un año del fallecimiento de Sergio De Loof, el documental "Copacabana papers" de Fernando Portabales -que compite en el Bafici y refleja los ultimos meses de la vida del artista- y la flamante donacion de 82 obras por parte de su familia al Museo

D-Interés 22 de marzo de 2021 Agencia Télam
A un año del fallecimiento de Sergio De Loof, el documental "Copacabana papers" de Fernando Portabales -que compite en el Bafici y refleja los últimos meses de la vida del artista- y la flamante donación de 82 obras por parte de su familia al Museo de Arte Moderno, rinden homenaje al artífice del Rococó Trash, ambientador de espacios y diseñador integrante de la generación de los 90 y el under porteño.
Sergio De Loof (1962-2020) falleció a los 57 años, a pocos meses del estreno de su exposición antológica inaugurada a finales de 2019, "¿Sentiste hablar de mí?", en el Museo de Arte Moderno, que funcionó como legado de su obra: allí se exhibieron ambientaciones, desfiles y trajes, diarios íntimos, documentales inéditos, pinturas, instalaciones, collages e intervenciones fotográficas realizadas para la revista Wipe -de la que fue socio fundador-, así como también fragmentos de sus incursiones en poesía y en teatro, donde realizó una versión del "Werther" de Goethe.
El artista perteneció a la generación de la post-dictadura cívico-militar y al movimiento artístico por fuera del circuito comercial integrado por espacios como el Parakultural -con figuras como Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese y otros-, el Centro Cultural Rojas y Cemento.
Fue fotógrafo, videasta, diseñador, escenógrafo, pintor, artífice de escenas nocturnas centrales del under porteño como "Bolivia" (1989) en San Telmo, "El Dorado" (1991), "Morocco" (1993), "Ave Porco" (1994) y Club Caniche (1995). En estos espacios multidisciplinarios fusionó arte y nocturnidad: creaba boliches, bares y centros culturales, con desfiles, exposiciones y obras de teatro que funcionaban como instancias de encuentro social para una multiplicidad de estéticas e identidades de género. Allí se cruzaban los mundos hasta entonces antagónicos de los artistas e intelectuales, los empresarios, el universo fashion y la farándula.
En los 90, De Loof se autoproclamó como "el rey del under". Los tiempos de la Bienal de Arte Joven de 1989, cuando se consolidó en la movida under con la ambientación de los espacios nocturnos que diseñó, fueron sin duda su época más emblemática. Fue la década en que el sida hizo estragos, y esto también marcó la escena artística y su producción.
En noviembre de 2018, la directora del Museo de Arte Moderno, Victoria Noorthoorn, invitó al artista a realizar la primera retrospectiva sobre su obra en una institución, a partir de un mensaje en Facebook del propio artista: "Ya sé quién puede ser el curador de mi muestra", según evocó ella en el homenaje realizado hoy en ese espacio con la presencia del Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, así como de familiares y amigos del creador.
Ambos funcionarios destacaron la donación de 82 obras por parte de la familia. Se trata de obras que De Loof reconstruyó para la muestra, integrada por trajes, tocados, audiovisuales, proyectos y poemas, entre otros. "La donación, honra los valores y las lógicas de De Loof", señaló Noorthoorn.
"El genial artista que supo provocar un giro radical en la sociedad de fines de los años 80 a través de cientos de desfiles y otras intervenciones estéticas de los cuales creó clima de fiesta, felicidad, celebración, alegría de vivir tan necesaria para un cuerpo social que había atravesado la opresión de la última dictadura militar, creaciones de carácter efímero que corrían el riesgo de quedar en el anecdotario de esos años", explicó la directora del Museo a propósito de la muestra que se le dedicó en 2019.
En paralelo al homenaje realizado en el Museo, el otro tributo consagrado a la figura de De Loof tiene lugar en estos días con el estreno de "Copacabana papers", el documental de Fernando Portabales que se presentó el sábado pasado en el marco del Bafici, una suerte de reality realizado en 2018 y grabado en una breve estancia en el Hotel Copacabana de Río de Janeiro (Brasil). El film incluye momentos posteriores como la muestra del Moderno, celebrada por el artista como el esperado reconocimiento que no llegaba.
"El museo es el final que estaba escrito a suceder. Fue el marco para la puesta en valor y consagración, para ser una obra que comenzó sin un guión, todo ya estaba escrito. Hoy contamos con la historia de Sergio de Loof, también nuestra historia", explica Portabales a Télam sobre las últimas imágenes del documental.
"El segmento en Río llevó cuatro días de grabación intensa y el proceso de edición demandó tres años, cuenta el realizador. Y destaca: "sentimos que la película en sí está viva, es orgánica! En diciembre un work in progress completamente rústico ganó un festival italiano como mejor largometraje documental. Hoy ya es otra película".
-Télam: ¿Cómo surge la idea de realizar el documental?
-Fernando Portabales: Seguí la carrera de Sergio de toda la vida. Siempre me pareció alguien con una luz especial y me divertía mucho la forma en que lograba siempre situaciones disruptivas. Durante sus últimos años era Facebook su canal de comunicación y expresión principal, y me encantaba seguir por ese medio sus idas y vueltas, raptos de romanticismo y explosiones intempestivas. El "cuento" comienza con una muestra y una subasta para que Sergio volviera a tener uno de sus mágicos espacios en la ciudad, pero hay cambio de planes y decide dilapidar ese dinero en un viaje a Río en búsqueda de sus respuestas más existenciales para vivir como los grandes artistas y el jet set.
-T: ¿Qué significó para vos como proyecto?
-FP: Pensé en hacer una película totalmente libre que refleje mi forma de contar una historia desde otro lugar y compromiso. Comenzamos sin saber que haríamos y terminamos encontrando la forma más literal que pudimos de decir cómo entendemos el camino de la belleza y el amor en la vida. Es una obra que nos insta a nunca claudicar en la búsqueda de los sueños cumplidos.
-T: ¿Por qué se llama "Copacabana Papers"?
-FP: Los papers son muchas cosas. El escándalo, el dinero, los chismes, las alianzas y las traiciones, lo poco claro o turbio. También son los cuadernos de Sergio y sus crónicas, su bitácora, los contratos abusivos, y también un rollo de tickets y facturas del tamaño de un pionono. Los papers son también el testamento. Todo lo que está escrito. Y también todo lo que está destinado a pasar.
La película es un homenaje explícito a todo lo que a lo largo de la vida nos ha inspirado. A aquellos que nos antecedieron, a los que vendrán después, a quienes logran pasar su noche más larga y sobrevivir. Es para quienes no claudican en el camino de la felicidad y de ser quienes son. No seríamos los individuos o artistas que somos sin las vivencias que nos ha brindado la cultura y todos los artistas que amamos o admiramos.
-T: ¿Cómo juega para vos la música en lo narrativo del documental?
-FP: No hay una sola letra que no esté puesta a disposición del guión. Es la música que sonaba mientras hablábamos y deconstruimos nuestra historia. (Télam)
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